Este procedimiento se utiliza principalmente para diagnosticar enfermedades hepáticas, valorar su pronostico y tomar decisiones respecto al tratamiento.
Además, con esta prueba podemos:
- Saber la gravedad de una enfermedad hepática crónica ya diagnosticada.
- Diagnosticar un paciente que presenta alteración bioquímica crónica de las pruebas hepáticas y cuyo diagnóstico no se ha conseguido con otras técnicas.
- Conocer el origen de una lesión intrahepática.
- Estudiar a un paciente que presenta fiebre de origen desconocido.
- Evaluar el grado de lesión hepática inducida por fármacos.
- Cuantificar la concentración de hierro y/o cobre en el hígado.
Esto es todo por hoy, espero que os guste la entrada. ¡Hasta mañana, volveremos cargadas con más información!
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