- Palpitaciones.
- Mareos.
- Cansancio y calambres en las piernas.
- Aumento o disminución de la presión arterial.
- Dolor torácico anginoso.
- Síncope.
- Arritmias ventriculares.
Estos tres últimos son los que más riesgo suponen, pero al mismo tiempo son los que casi nunca ocurren. No se recomienda realizar esta prueba a aquellos pacientes que sufran una enfermedad coronaria severa. En conclusión, podríamos decir que no hay complicaciones destacables en cuánto a esta técnica.
Espero que os haya resulta interesante, ¡hasta la próxima!
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